¿POR QUÈ LOS COLOMBIANOS NO LEEN?
El texto de Hernán Darío Caro refleja una de las problemáticas más tediosas a las que se enfrenta actualmente nuestro subdesarrollado país. En dicho texto se argumenta de forma clara y directa la opinión sobre la falta de cultura y deseos de superación de los colombianos que cada vez más se funden en la materialidad de las efímeras cosas de la realidad. Esta lectura nos incita a pensar a fondo el por qué de dicha verdad, las causas y las consecuencias tan drásticas que conlleva el no desarrollar buenos hábitos de lectura para un mejor desempeño personal y social del hombre en sociedad.
Con lo que el texto nos expone, el autor fácilmente nos logra convencer y nos lleva a analizar el enfoque de tan deprimente situación en el país, ya que a pesar de los diversos métodos y estrategias que se han implementado, se ha visto que no es por falta de recursos de la nación lo que conlleva a la falta de entusiasmo por la maravillosa lectura, son causas que van más allá de la percepción normal y que tal vez como nos lo dice Hernán Caro sean por falta de desarrollo social, económico y colectivo. Veamos ahora lo que nos expone tan ejemplar texto:
En la pasada Feria del Libro, el Ministerio de Cultura publicó una lista de estadísticas referentes al comportamiento cultural de los colombianos. Lo cual comprobó lo que ya todos sabemos: que los colombianos son culturalmente apáticos, que leen muy poco, que nunca van al teatro, que aplauden antes de tiempo, etc. Pero el caso más llamativo fue el de la lectura.
Según el informe de los investigadores del Ministerio de Cultura, un colombiano lee en promedio, tres libros al año. Eso significa un libro cada cuatro meses, o aproximadamente 1.65 páginas por día. Increíble pero cierto.
Varios intelectuales culparon al gobierno por el olvido que en esta país está condenada la cultura; otros hablaron del elevado nivel de analfabetismo que tradicionalmente ha caracterizado a Colombia; unos cuantos arguyeron que los precios de los libros en nuestro país estaban entre los más altos del mundo, y algunos sectores de izquierda afirmaron que las cifras fueron "manipuladas" por el gobierno en su interés de clausurar la Universidad Pública. Al examinar con detenimiento estas razones Hernán Caro piensan que son mentiras.
Existe al menos tres razones determinantes por las que los colombianos sólo leen en promedio ese mismo número de libros al año. La primera de ellas se deja inscribir en un momento específico de nuestra historia y se aplica ante todo al caso bogotano; las otras dos son de carácter más general. Esas razones son : 1) el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 y la consecuente destrucción parcial de Bogotá a manos de las turbas enardecidas; 2) la ferocidad de la naturaleza y la geografía colombianas -en especial el carácter montañoso del territorio, y 3) la tradicional y casi esencial corrupción de los funcionarios de nuestro país.
Al hallar en una librería; actualmente liquidada, el autor encontró un singular libro que le confirmó una idea que venía estudiando anteriormente, -las relaciones entre los hábitos de lectura y los adelantos técnicos. El libro titula "El papel del tren en la transformación del mono en hombre". Allí Fritz Gelens, su autor, indica cómo los trenes han sido un agente de progreso no sólo económico y material sino principalmente espiritual. A través de profusas referencias a documentos históricos, sociológicos, políticos, literarios, etc., y esgrimiendo detalladas estadísticas, Gelens prueba que en los países donde los trenes constituyen el principal medio de transporte, tanto los índices de la actividad económica como los de actividad cultural sobrexceden aquellos de los países que carecen de redes ferroviarias.
Gelens afirme que en los países con trenes "el promedio de libros leídos anualmente por persona supera considerablemente el de las naciones donde la población aún se transporta en bus, en canoa o en mula". ¿Qué hacen en Berlín o en New York los estudiantes, los ejecutivos, los trabajadores en general -es decir, precisamente la gente que en Colombia no leen- cuando van en metro?. Por supuesto leer.
Partiendo de la doctrina de Gelens, es sencillo observar que el bajo nivel de lectura en los colombianos no se debe a la escases de libros o seso, como lo dirían algunos cínicos. Nuestros deplorables niveles de lectura se deben a la fatalidad.
Las tres causas que Hernán Caro mencionó líneas atrás, son el referente para dar razón de los bajos índices encontrados por el ministerio de Cultura; los principales motivos por los que los Colombianos no tiene trenes y, en consecuencia, tampoco lectores.
De hecho y en pocas palabras como lo expresó el autor de este texto, respecto a lo que considera la solución idónea sería: "estamos convencidos de que Colombia no necesita bibliotecas, no necesita más y mejores escuelas y tampoco libros baratos. Colombia necesita trenes. Así pues, debemos construir ferrocarriles y estaciones; debemos, en una palabra, realizar una revolución en el transporte en Colombia".